Me siento frente a un café y converso con tu recuerdo.
Te siento, te escucho, casi te palpo.
Estás ahí, al otro lado del velo que divide nuestros planos, estás ahí tan cerca y tan lejos!
Humea mi café y se va enfriando mientras hablo con tu recuerdo!
¿Hay café donde estás?
Te ríes y me respondes:
Ya lo verás!
Lo sé mi niño amado, no puedes dar detalles que al que habita en esta realidad, le están vedados.
Madre tu café!!
Sacudo la cabeza a tu llamado y sí, el café se ha enfriado.
Ya estaremos de charla con nuestros recuerdos mi niño adorado!
Te amo, te extraño!
Solo está la compañía sutil de tu recuerdo!