jueves, 2 de febrero de 2017

Para tí de MDZ

"Es por lejos la pérdida más profunda y desconcertante que he tenido en mi vida. 
Gran parte de mis recuerdos de infancia se deben a Iván. Ciudades inventadas en el patio de su casa, guatazos en la piscina, picadas de abeja, las primeras trampas de niño y descubrimientos. 
Libros, libritos y libracos. 
Me enseñó a entender que no necesitas comprar coloridos juguetes para entretenerse, y que con palos y piedras podías crear un mundo dentro de otro mundo. 
Son lecciones que uno intenta traspasar a sus propios hijos, asi de potentes. 
Hablar de Iván da para escribir un libro, porque él mismo era un libro, una biblioteca llena de libros, con libros que contienen otros libros dentro, libros misteriosos que iluminan y ciegan la misma luz que conocemos. 
En Navidad salí con mi hijo mayor a ver las luces de las casas y casi sin querer llegué al barrio donde viviamos con Iván. Le conté sobre él y lo increíble que era. 
Se quedó pensando en silencio. 
Y yo también."

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